Hubo un momento en el camino, en el que tras perder una de las mayores amistades por no decir La Amistad, un par de amores y varios trabajos, mi vida me parecía poco menos que una mierda. Perdido, confundido y con una mano a punto de coger la soga que me llevaba de vuelta al país de los cobardes, decidí nunca más enamorarme. No intentar encontrar el amor como fuente de mi felicidad, ya que esa había sido una de las principales causas de que terminase así, en contra de todo el mundo incluido yo mismo. Éstas cartas fueron el resultado de querer expresar a ese "desconocido" lo que iba pensando, viviendo y sintiendo para algún día ser capaz de enamorarme de él y regalárselas en persona una vez hubiese llegado a mi vida...

004 Perdonar, como rectificar, es de sabios...

30 de Agosto del 2010

Querido Desconocido:

Antes de seguir divagando por el mar de cosas que te he ido contando en anteriores cartas, he de reconocer algo. He conocido a una persona especial. Es alguien atento, sincero, cariñoso y bueno, que parece poder darme tooodo lo que busco en una persona. Es la primera vez en mi vida que alguien me demuestra unos sentimientos tan puros y tan bonitos sin esperar recibir nada a cambio. Me hace sentir muy especial, único y querido. Pese a todo, sigo aquí delante de este ordenador escribiéndote cartas a ti, en vez de escribirle cartas románticas a esa personita especial que acaba de llegar a mi vida. ¿Por qué has logrado hacerte tan importante en mi vida? Si realmente no te conozco, o... puede que si.

Desde hace algo más de un año, año y medio aproximadamente, tras una serie de catastróficas desdichas, algo en mi interior se quebró como un jarrón de cristal haciéndose añicos contra el suelo. Algo tan importante y tan valioso que cuando lo perdí empecé a dejar de ser yo mismo. Cuando pierdes algo que no valorabas como tan importante para tu vida, te terminas por acostumbrar a vivir de la mejor manera posible sin esa parte. El problema es que en mi caso en concreto, lo que perdí fue mi esencia, lo que yo soy y lo que debo ser siempre, pese a los cambios, la evoluciones o el tiempo. Una gran persona me dijo una vez que para seguir adelante después de haber cometido errores, lo mejor es aprender a perdonarse uno mismo. Me ha resultado difícil poder perdonarme después de tanto tiempo errando de aquí para allá. Pero finalmente lo he conseguido. ME PERDONO, por todo el daño que me he llegado a hacer a mi mismo, por los errores cometidos con la gente que más quiero y que siempre han estado ahí para mi, y sobre todo me perdono por haber dejado que esa parte tan importante de mi mismo saliese despedida de mi alma como una estrella fugaz sin retorno.

He llegado a entender la finalidad de estas cartas, tu no eres la persona de la cuál me llegaré a enamorar algún día. Sino que eres la parte fundamental que necesito para poder albergar esos sentimientos e ilusiones que había perdido. Eres mi esencia olvidada en el tiempo, una parte de mi todo fundamental que había arrancado de mis entrañas y terminé por convertir en un absoluto desconocido. Con estas cartas, cada cosa que te he contado de mi personalidad, son cosas que había olvidado de mi mismo. Cosas que me pertenecen y no deben volver a escaparse de mi interior. Al fin y al cabo todas las palabras plasmadas aquí, tienen un carácter retroactivo. Sin yo ser consciente, me estaba escribiendo estas cartas para el momento en que hubiese comprendido todo, para un futuro remoto en el que necesitase reconocerme, volver a saber quien soy y aceptarme con los brazos abiertos.

Querido Desconocido, esta es mi última carta. Gracias por haberme recordado que soy quien debo ser, como debo ser y cuando debo ser. Alberto, a veces no hay mayor desconocido que uno mismo. No permitas que nada ni nadie perfore y destruya los pilares que ya tienes creados.

003 decepciones que ilusionan por dentro...

26 de Agosto del 2010

Querido Desconocido:

Cuando buscamos algo, sea lo que sea aquello que estemos buscando, en nuestro interior primero se generan ciertas expectativas. Más adelante, cuando no obtenemos resultados rápidos y satisfactorios de nuestra búsqueda, comenzamos a sentir frustración. Ésta va seguida de la desesperación y la decepción. En el terreno sentimental, hasta ahora lo que he ido viviendo es ese proceso caótico y negativo de ilusión, expectativas, búsqueda, frustración, desesperación y decepción. Todo el mundo me ha dicho que es mucho mejor esperar a que la persona adecuada llegue sin tener que estar buscándola.. Pero yo me planteo lo siguiente; si un ser humano sea el que fuere, no está abierto a sentir emociones por otro ser humano... ya puede venir Rita “la cantaora” que no habrá forma de que se de cuenta de que eso que buscaba lo tiene ante sus narices. Por otro lado, es verdad que cuando ponemos muchas cucharadas de ilusión y expectativas a la mezcla, el guiso empieza a cocer antes de tiempo y rebosa de la cacerola. Por tanto lo ideal sería tener las justas ilusiones y expectativas, según vayamos encontrando aquello que el universo a decidido traernos a nuestra puerta, ni más ni menos. (Muy fácil de escribir, difícil de cumplir)

Este planteamiento es difícil de cumplir, más cuando se es un cáncer en toda regla como yo. Y no me refiero a que sea una enfermedad, sino al signo zodiacal. Tooodas las descripciones de cáncer y tooodos los cáncer coincidimos en que cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre. No obstante hay puntos en común en los que nos sentimos identificados en mayor o menor medida. Somos personas nobles, emocionales y sentimentales, sensibles, pero con inseguridades en estos anteriores aspectos. Un cáncer nunca está seguro de si lo que le quieren es la cantidad correcta o si la persona podría dar unos gramillos más de amor. Además somos soñadores, artísticos e imaginativos. De echo pecamos en ese sentido, por tanta imaginación es fácil que se nos vaya la cabeza al cielo. Cáncer vive constantemente enamorado, de la vida, de los que le rodean y de su pareja si la tienen. Esto para muchos puede suponer un problema, para un cáncer, es un motivo más para llevar a cabo nuestra mayor afición... darle vueltas al coco constantemente.

Me encanta lo que se siente cuando acabas de conocer a un extraño y al hablar con el, conforme vamos disponiendo de mas información , y nuestra base cerebral confirma que es positiva la atracción, nos sentimos cada vez más cómodos en compañía de aquel desconocido. En ese momento nuestras neuronas envían señales a todas las partes de nuestro cuerpo, y éste reacciona en consonancia. El hormigueo en la tripa, la sensación de emoción por las extremidades, y la inconfundible e indispensable sonrisa de gilipollas. Esa que se te queda cuando acabas de hablar con alguien que te ha hecho reaccionar física y emocionalmente. Por desgracia son pocos los momentos en que dejamos que estos sentimientos afloren y se repitan a lo largo de la vida. ¿Por qué nos cuesta tanto reconocer que estamos a gusto con una persona? Ó, ¿por qué nos negamos a sentir la tontería que se nos pone encima cuando alguien así aparece por la puerta de nuestra vida?

Igual que estas cartas, querido desconocido, los sentimientos son como capítulos que voy escribiendo en mi propia vida. Unas veces con ayuda de alguien externo, otras yo solo, pero lo más importante es que en algún hueco, algún almacén están todos esos libros de sentimientos que me pertenecen. Todas esas personas o situaciones que van llenando los capítulos de esos grandes tomos que conforman mi existencia. Hace unos días, una película me recordó una de las más valiosas enseñanzas de la vida y con ella quiero terminar esta carta: La felicidad sea en la faceta sentimental cuando buscamos el amor, o en otras facetas, no está en conseguir aquello que nos espera al final, sino en disfrutar de los vaivenes del camino.

002 martes, ni te cases ni te embarques...

13 de Julio del 2010

Querido Desconocido:

Hoy, martes y además día trece, cuando se suponía debía ser un día de lo menos afortunado... yo puedo decir que tuve un buen día. De camino a mi nuevo trabajo, el trayecto en metro hoy fue algo distinto de lo normal. Como si de un viaje en el tiempo se tratase me vi trasladado a una época anterior. Gracias al jazz que sonaba en el vagón en el cuál viajaba, hoy mi viaje se difuminó con esas notas que parecían zarandear incluso a los pasajeros con ese son y su compás. Por un momento he podido imaginar o intuir como debían ser las cosas antiguamente en Nueva Orleans. Me encantan las historias que se narran de ese lugar ya sea en películas o en los libros. Poco a poco el día ha ido trascurriendo, y la sombra de esa mala suerte que muchos temen en días como hoy, ha ido desapareciendo.

Algo de lo que cada día soy más consciente, incluso cada minuto podría decir, es que los días son buenos o malos según los empiece la persona. Al menos a mi me viene pasando durante un tiempo, que si desde el minuto uno del día empiezo a pensar que este día que empieza será espantoso... termina por ser horrendo. Sin embargo si por el contrario me levanto con ese ánimo positivo y luchador, con una sonrisa de oreja a oreja, el día es estupendo. Siempre contando con que no haya incidentes fuera de lo normal que hagan que el día sea una mierda absoluta como accidentes, catástrofes y toda esa clase de sucesos que pueden pasar en la vida de un ser humano haciendo que te plantees bajar del mundo y dejar que sigan sin ti. Este “efecto domino” no solo se da en las cosas que nos rodean a lo largo de un día, sino que también se da en las relaciones con los demás. Si alguien está con el modo cabreo conectado desde por la mañana, creo que emite un tipo de ondas distintas que alerta a los demás individuos a saber que no deben acercarse mucho a su radio de mala leche. A no ser que quieran verse salpicados metafórica o literalmente por esa mala leche. Reconozco que a veces me pasa, proyectar ese “mal rollo” hacia los demás, sobre todo hacia personas que no tienen nada que ver con la causa principal por la que yo estoy así. Pero... como dicen en la biblia, mi libro favorito de ciencia ficción, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y así querido desconocido es como se descubrieron las canteras.

Dicen que los colores identifican bastante los estados de ánimo de una persona. Yo creo que me identifico con el color azul o el violeta... Ambos me encantan, pero no tengo ni idea, he de reconocer, de lo que proyectan o lo que quieren decir esos colores a nivel anímico. Simplemente me gustan...

Hoy me paré a pensar durante unos segundos, si estas cartas tienen sentido, o si son una más de mis locuras temporales que acabaré por olvidar en algún hueco en la caja de “cosas por terminar” de mi cerebro. Lo primero que me planteo es... ¿y si nunca llega el destinatario al que escribo estas cartas? O peor... ¿qué pasaría si ese destinatario por desgracia muere antes de que yo le conozca y por lo tanto antes de que nos enamoremos y pueda pensar que es el destinatario? Jaja ¡¡qué locura!!! ¿¿verdad?? El caso es que por el motivo que sea, tengo la necesidad de escribirte esto, y se supone que cuando aparezcas, sabré que eres tú y no otra persona... ¿no?....
El caso es que ya he empezado a escribirlas y es lo que importa. Mis ojos empiezan a cerrarse pesando cada vez mas a causa del sueño, me voy a a dormir, las 3:07 de la madrugada es buena hora para dejarse caer en los brazos de Morfeo. Buenas noches desconocido espero que estés donde estés descanses y disfrutes de tu noche.

001 porque algún día estas palabras serán tuyas...

10 de Julio del 2010
Querido Desconocido:
           Esta noche es la primera noche que soy consciente de mi felicidad en solitario, de mi felicidad en soledad. Bajo el oscuro cielo de Madrid, en esta calurosa noche de verano, empiezo un nuevo camino. No sé muy bien si es empezar o continuar, y si el camino es tan nuevo o por el contrario es un viejo camino renovado. Me encantan las noches de verano cuando a penas puedes pegar ojo por el exceso de calor y pese a ello termino tapándome al amanecer, esa sensación de frío en contraste con la sensación anterior hace que merezca la pena tener la sábana cerca de los pies esperando la oportunidad para que le demos uso. Con el paso del tiempo empiezo a entender muchos dilemas que antes parecían problemas de carácter mundial, aprendo también a escuchar y a disfrutar haciéndolo. Nunca sabes lo que puedes llegar a escuchar si estás pendiente, además no solo hay que escuchar las palabras, sino los silencios. A veces me gustaría saber escribir a máquina u ordenador usando todos los dedos, como las secretarias de las oficinas de empleo cuando escriben todo sin mirarte siquiera pero eso si, demostrando que el curso de mecanografía les dio su merecido título por algo. Me intento plantear como serás, dónde estarás, que estarás haciendo o que cosas estarán pasando a tu alrededor...

Recuerdo que hace poco tiempo, relativamente poco tiempo, soñaba despierto constantemente. Soñaba con tiempos distintos al actual, con situaciones mejores, o peores, pero desde luego muy lejanas al hoy. ¿Por qué perdemos la capacidad de soñar despiertos? He de reconocer que con la imaginación que tengo es difícil que alguien como yo algún día deje de soñar. Pero aún así, esos sueños se ven reducidos en muchos sentidos. Te preguntarás por qué en esta primera carta te cuento todo esto.. Simplemente podría contestar: ¿cómo hablarías tu a la persona que amarás sin conocerle de nada aún? Por eso creo que es más fácil dejar que mi cerebro divague y se exprese libremente. Aunque pueda llegar a ser algo caótico, en ocasiones será divertido y en otras desesperante e inteligible...
Es peligroso dejarme delante de unas teclas que casi a la misma velocidad que pasan por mi cerebro, escriben palabras inconexas con algo de sentido. Solamente con algo. Puedo afirmar y afirmo que soy bastante romántico, pero supongo que aún no he encontrado el momento de poder demostrarlo sin reparos, sin prejuicios, sin medidas. También con el tiempo eso es algo que la mayoría de humanos perdemos. El sentido del amor porque sí, de dar sin esperar recibir, de buscar la sonrisa cómplice de alguien que hasta ese momento era un autentico extraño para nosotros. Me gusta poder ir en el metro mirando las caras de la gente. Pasando de un rostro a otro intentando adivinar sin algún resultado las vidas o personalidades de cada persona. Seguro que no soy el único que lo hace. Algo que también me gusta es sorprender a la gente con acciones que no esperaban. Por ejemplo levantarme y ceder mi asiento en el trasporte público, una acción de lo más normal y que tampoco tiene mucho misterio. Pues aún hay gente a la que se le refleja en la cara el sentimiento de sorpresa al percatarse que aún quedan personas con educación o principios básicos como los de antes. ¿Cuando fue ese “antes”? Siempre tenemos la sensación que las ideas de antes son lo mejor, lo tradicional es lo que debería primar para que el mundo fuese como “dios manda”. No creo que necesariamente deba ser así. Igual que aprendemos del pasado, de lo que otros ya han aprendido, esos otros también tuvieron su tiempo para equivocarse, para crecer y para revelarse en contra de la mentalidad pasada. Por lo tanto todo es cíclico, todo cambia y todo vuelve a empezar donde lo habíamos dejado. Y en definitiva cada error es distinto pese a parecer idéntico a los anteriores.
Creo que por esta noche ya he mareado bastante las ideas que salen y entran por mi mente. Me apetece dormir hasta que me despierte sin prisas después de haber descansado completamente, después de haber soñado... Los sueños, sueños son